Hace poco tiempo observé una ilustrativo documental de National Geographic sobre los sentidos en los animales y su comparación con los de los seres humanos. Existen muchos habitantes de ecosistemas simples que tienen desarrollados unos mecanismos sensoriales más eficientes que los humanos. Las abejas pueden ver en la franja ultravioleta del espectro, los cánidos tienen un sentido olfativo quinientas veces más sútil que el del hombre y la serpiente de cascabel posee un detector de radiación infrarroja debajo de su naríz. Pensé que los seres humanos estamos muy limitados sensorialmente con respecto a algunos de estos animales ¿ o no ?.Teoría de los Supersentidos:
Una aproximación breve desde la Parapsicología.
La Parapsicología ha tratado siempre del llamado ‘sexto sentido’, un cajón de sastre donde meter aquellos fenómenos que o bien presentaban una casuistica poco definida o bien, no llegaban a cumplir ciertos requisitos para ser tipificados como telepatía, precognición, etc. Indudablemente existen fenómenos que escapan a una clasificación estricta por parte de la Parapsicología. Por ejemplo, un suceso determinado parece ser telepatía, pero tambien parece vision remota con algunas gotitas de fantasmogénesis, etc. Bien, mi propuesta de trabajo es la siguiente:
Existen una serie de fenómenos que no llegan a ser tipicados estrictamente como paranormales pero que indudablemente ofrecen una perspectiva anómala de nuestra realidad. Estos fenómenos se nos representan no a través de un mítico sexto sentido, sino a través de nuestro equipamiento sensorial pero a niveles de eficiencia elevados. Esto es, a través de unos supersentidos. Vamos a desarrollar este tema.
CAPITULO I. Un poco de biomecánica
¿ Realmente nuestro hardware’ sensorial es tan limitado como parece ?. ¿ Es posible que algunos fenómenos anómalos obedezcan a una reactivación temporal y crítica de estos supersentidos ?. Tenemos la certeza que el ser humano conserva algunos vestigios animales durante el primer periodo de su vida; el sistema límbico del cerebro (el famoso cerebro reptiliano) tal vez podría guardar algunos secretos que no se desvanecen totalmente después de desarrollarse el feto humano. Tambien es conocida la actividad de la glándula pineal en algunos fenómenos presuntamente paranormales y no sería de extrañar que un estudio sobre diferentes células cerebrales especializadas (astrocitos o células glía) nos diera algunas claves interesantes para interpretar estos fenómenos. Para ver con más claridad este tema, especificaremos dos características claves de la percepción de fenómenos anómalos mediante supersentidos.
1. Los fenómenos paranormales ‘ortodoxos’ normalmente son especializados y claramente clasificables. Los fenómenos anómalos observados con los supersentidos son poco tipificables y presentan a veces una confusa mezcla de caracteristicas.
2. Los fenómenos paranormales ‘ortodoxos’ son raros y muy circunscritos a determinadas personas. Los fenómenos anómalos observados con los supersentidos son muy comunes y prácticamente la totalidad de las personas los han percibido de una u otra manera.
Dado el carácter de generalidad de estos supersentidos no es de extrañar que pensemos en una posibilidad biofísica y no estrictamente mental. Es decir, parece existir una conexión oculta pero directa entre el aparataje sensorial de nuestro cuerpo físico y la forma de percibir estos fenómenos anómalos. Pasemos si más dilación a analizarlos uno por uno.
CAPITULO I.I Algo de Latín
Me he tomado la libertad de denominar a estos supersentidos con una nomenclatura latina, no por soberbia intelectual, sino porque me parece que definen de forma práctica el significado del concepto y permiten hacer una clasificación taxonómica.
Empecemos con el primero.
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Tambien llamada ‘Sensación de nuca erizada’. Nos avisa que no estamos solos en un determinado entorno, a pesar de que nuestro sentidos normales no ven ninguna anomalía y nuestro sentido común nos dice que no debería haber nadie. Es el supersentido más frecuente (todos lo hemos sentido alguna vez). Esta sensación es muy frecuente en personas que habitan entornos de anomalías psíquicas importantes (infestaciones o casas encantadas). Se manifiesta de forma rápida y con alta carga de significado, con alteraciones físicas del tipo lucha/huida (nuca erizada, acúfenos o zumbidos en oidos, sequedad en boca, manos sudorosas, escalofrios espinales, ajuste elevado de los sentidos ordinarios como el oido o la vista, tensión muscular de huida, etc). Se ha barajado la posibilidad de que nuestro oido pueda percibir en algunas circunstancias vibraciones de gama muy alta o muy baja, y estas vibraciones predispongan a nuestro inconsciente para una primitiva forma de huida ante un peligro no observado. En las grandes manadas de cuadrúpedos africanos es normal que un ejemplar sea el ‘vigilante’ mientras los demás beben o se apacentan. No sería extraño que esto fuera un resto de ese comportamiento. En la investigación de fenómenos paranormales no son raros los testimonios de personas que aseguran haber sentido ‘que no estaban solas’ a pesar de que lo estaban fisicamente. Creo que este supersentido es el más desarrollado pues condiciona de manera eficiente la sensación de ‘invasión de entorno’ como lo definía la autora Flora Davis. Muchos testimonios de personas con el llamado ‘Síndrome de parálisis del sueño’ tambien ofrecen muy similares características con este fenómeno.
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Así mismo muy frecuente y como una variante del anterior, es la sensación de ser observado de forma personal e insistente, normalmente fuera de nuestro ángulo de visión. Rara es la persona que no lo ha sentido alguna vez en el autobús. Podría tratarse de algun tipo de coincidencia estadística (el 50% de las personas que miran hacia delante en un autobús, lo hacen a la cabeza de otra persona…), aunque parece que entra en juego algún tipo de enlace telepático. La sensación de ser observado es tan intensa que nos obliga a girarnos para descubrir el foco de esa sensación. No solo nos sentimos observados, sino analizados, lo cual no pone en marcha el mecanismo de huida/lucha, pero sí nuestro sistema de observación analítica del entorno. Es evidente que el sujeto foco está en ese momento materializando en su mente algún tipo de pensamiento sobre nosotros, positivo o negativo, y lo proyecta inconscientemente; la actividad telepática de enlace parece, pues, bastante clara.
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Este tipo de supersentido parece que presenta un alto grado de afinidad materno-filial. Es la sensación intensa e inexplicable de una emergencia o peligro sobre algún familiar cercano o nuestro propio hogar. Clásicamente definida como ‘telepatía en fase crítica’, posee las siguientes características: la persona lo percibe como una sensación muy intensa pero indefinida (…algo le pasa a mi hijo Fulano, voy a llamar a casa…) y algunos sujetos lo somatizan en forma de naúseas, mareos o incluso hipertensión o taquicardias; casi siempre se relaciona con el entorno familiar, y especialmente en la relación madre-hijo. Este es un aspecto muy interesante porque asentaria la hipótesis del aspecto biofísico que comentamos anteriormente, es decir, la conexión física y orgánica entre los dos sujetos agentes de este fenómeno. Es muy conocido el enlace entre no solo madres e hijos, sino tambien entre hermano gemelos. La hipótesis biofísica podría decir que estos fenómenos se manifiestan de forma significativa entre sujetos con igual carga genética.
CONCLUSION: Algo queda en el tintero…
Fuente: http://members.tripod.com/~Juper/supersentidos.html
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